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Crassula ovata (árbol de jade): una especie muy sencilla de cultivar

Si tuviésemos que empezar desde 0 como hobby en el mundo de la jardínería, una de las primeras plantas que compraríamos sería el árbol de jade (Crassula ovata). Su facilidad y resistencia la convierte en una planta suculenta favorita para muchos, y es que sabe adaptarse al cultivo en macetas en el interior de casa o al aire libre en el jardín.

En nuestro caso, la hemos querido considerar como planta de interior, ya que es bastante común plantarla en macetas o recipientes. Además, requiere temperaturas cálidas para su óptimo crecimiento, aunque soporta bien el frío, como veremos en la parte dedicada a la climatología.

Características de árbol de jade (Crassula ovata)

Su nombre común conocido por muchos es árbol de jade, aunque su nombre común, Crassula ovata, evita los problemas de identificación. Es una planta considerada como suculenta, de hojas gruesas y que almacenan mucha agua.

Su origen es africano, concretamente de Mozambique. Hablamos de temperaturas cálidas y época de sequía habituales, que poco a poco ha ido adaptándose a otros países.

Taxonomía

  • Orden: Saxifragales
  • Familia: Crassulaceae
  • Género: Crassula
  • Especie: Crassula ovata

Todas las plantas suculentas, caracterizadas por tener una gran capacidad para almacenar y retener agua, son sensibles a los excesos de riego. De hecho, una de las principales causas de muerte del árbol de jade es el exceso de agua, causando la aparición de manchas pardas y pudrición del tronco. Una solución muy complicada cuando se inician estos síntomas y de difícil recuperación de la planta.

Todos los consejos sobre su cultivo los vamos a ver a continuación, listado por temas principales.

Cuidados principales de Crassula ovata

Climatología

Crassula ovata es una especie adaptada a climas secos, con escasas pluviometrías y de entornos cálidos. En función de esto, vamos a adaptar la planta a las condiciones más parecidas posibles.

Temperatura

Crassula ovata requiere entornos cálidos, con temperaturas ideales entre los 18 ºC y los 25 ºC. Soporta algo el frío, aunque detiene su crecimiento por debajo de los 5 ºC. Por tanto, es recomendable mantenerla en invierno por encima de esta temperatura, protegiéndola del frío o acomodándola en el interior de casa si está plantada en maceta.

Iluminación

El árbol de jade requiere mucha iluminación, pudiéndola plantar en zona a a pleno Sol o semi-sombra. En cualquier caso, necesita mucho acceso a la luz y la falta de ella le provoca clorosis y falta de crecimiento.

Humedad

Está adaptada a entornos cálidos y de baja humedad. El rango ideal está entre el 50%-70%. En el interior de casa, no es necesario tener que pulverizarla si establecemos un plan de riegos correcto, como veremos a continuación.

Suelo y sustrato del árbol de Jade

Podemos plantarla en el jardín (zona cálida y sin heladas) o bien cultivada en macetas. Para el primer caso, se adapta muy bien a todas las texturas de suelo, aunque con la única condición de que tenga un buen drenaje (abstenerse suelos muy arcillosos).

Cultivada en macetas, es suficiente con el sustrato universal, aunque facilitamos el drenaje con la mezcla de diversos componentes, como turba, arena, grava volcánica o fibra de coco.

Abonado de Crassula ovata

Dado que el sustrato contiene algunos nutrientes pero se van perdiendo con el paso del tiempo, es recomendable aportar fertilizantes (líquido o sólidos) al inicio de primavera, cuando se activa la brotación de Crassula ovata.

Por comodidad, puedes utilizar según tus fertilizantes líquidos o sólidos. Los últimos, son aconsejables los que van en forma granulada, ya que son fáciles de aportar en la maceta y se van solubilizando lentamente.

Riego del árbol de Jade

Crassula ovata conserva muy bien la humedad, por lo que debemos espaciar mucho los riegos. Podemos establecer el siguiente plan de aportación de agua, que iremos comprobando según varién las temperaturas, siempre palpando previamente el sustrato (introducimos el dedo y comprobamos humedad) la cantidad de agua almacenada.

  • Riegos en verano: 2 riegos a la semana.
  • Riegos en invierno: 1 riego cada 7/15 días, dependiendo de la humedad del ambiente y el frío.

El árbol de jade es muy sensible al exceso de riego, por lo que más vale quedarnos cortos que pasarnos. La falta de agua se nota rapidamente, ya que al ser una planta suculenta, las hojas se empiezan a arrugar y a perder su tensión habitual. Con el aporte de agua, la recuperación de la planta es instantánea (en menos de 10 minutos).

Necesidades de poda

La poda la planta solo tiene interés para eliminar partes afectadas de las hojas y los brotes envejecidos. También podemos eliminar algunos brotes mal formados o que tienen inclinación hacia la parte inferior.

De hecho, podemos utilizar estos brotes de Crassula ovata que hayamos eliminado y estén sanos para su multiplicación, ya que se puede realizar de manera fácil en forma de esquejes.

Multiplicación de Crassula ovata

La propagación más sencilla del árbol de jade es mediante esquejes de brotes jóvenes. Para ello, buscaremos un tallo sin lignificar y con una longitud de entre 10 y 15 cm. Limpiaremos de hojas la parte inferior y dejaremos algunas en la parte de arriba.

La base del tallo la dejaremos entre 5-7 días en agua, para activar la producción de nuevas raíces. Cuando aparezcan algunos pelos blancos, será el momento de trasplantar a una maceta. Procuraremos plantar en sustrato de fibra de coco y turba ya que tiene excelentes propiedades para la propagación de plantas.

Regaremos con asiduidad manteniendo un nivel constante de humedad y no dejando que el sustrato se seque. De esta forma, se producirá mayor salida de raíces.

Para facilitar esta tarea, podemos utilizar hormonas de enraizamiento. Algunos productos basados en algas marinas contiene una excelente relación de estas fitohormonas.

Plagas y enfermedades de la planta de Jade

Plagas

Las principales plagas que afectan a las plantas suculentas como el árbol de jade son las cochinillas. Suelen instalarse con facilidad en climas secos sobre los tallos nuevos y las hojas. Está caracterizados por tener un aspecto algodonoso (cochinilla algodonosa) o un caparazón duro y parecido al de una lenteja, pero ovalada (cochinilla acanalada).

Para combatir la cochinilla tenemos varias opciones sin residuo y caseras que, con un poco de paciencia, son altamente efectivas.

  • Alcohol o agua oxigenada: 2 ml/L de agua y pulverización sobre las hojas y tallos, empapando todo bien. Repetir cada 3 días hasta eliminar la plaga. Posteriormente, frotar con un trapo para eliminar el insecto.
  • Vinagre o jabón líquido: 2 ml/L de agua y pulverización sobre las hojas y tallos, mojando todo bien. Repetir cada 3 o 5 días.

Insecticidas comerciales:

En el mercado tenemos la opción de comprar diferentes insecticidas comerciales que valen para cochinillas, pulgón, ácaros, etc.

Enfermedades

En entornos muy húmedos aumentan las probabilidades de que la planta de jade sufra la infección de hongos y bacterias. Su aparitición también está ligada a riegos excesivos que acaban pudriendo la planta.

Entre las principales enfermedades de las suculentas están las siguientes:

El exceso de riego provoca el ascenso de hongos de cuello (podredumbre de cuello), cuya erradicación es muy complicada y acaba pudriendo los tallos y hojas. Cuando detectemos este problema, debemos tratar con fungicidas y productos con cobre, como oxicloruro de cobre, aplicado de forma foliar por tronco y ramas a 2-3 ml/litro de agua.

Como alternativa también se recomienda seleccionar los tallos aún sanos para esquejarlos en nuevas macetas

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